La Romería

EL CAMINO

A las 08:00 h. de la mañana es trasladada la imagen de San Isidro Labrador, en andas, desde la Parroquia de Santa María la Blanca hasta las inmediaciones de su propia casa de hermandad, en cuyas puertas se sitúa la carreta de madera que conducirá a la imagen hasta el parque periurbano de la Corchuela, bellamente exornada con frutas y verduras autóctonas. San Isidro recorrerá tirado por bueyes un itinerario trazado por el interior para visitar distintas capillas. Tras descender la cuesta de la popular calle del Paraíso se dirige a la capilla Servita para rendir pleitesía ante la Virgen de Los Dolores y de inmediato se pone ya en marcha una impresionante caravana multicolor de más de 10 kilómetros de longitud. El desfile de tantísimos romeros, caballistas, charres, carrozas y tractores exornados constituye un inusitado atractivo digno de ser visto.

Los tamborileros abren paso a la carreta de San Isidro que es arropado por casi el millar de romeros y romeras que le acompañan cantando y bailando durante el camino. Delante de la gente que va a pie, marchan más de dos mil jinetes bellamente ataviados con sus trajes típicos. Detrás de la carreta transitan más de 500 coches de caballos, manolas, charres, carrozas y remolques.

La segunda parada es la presentación que efectúa San Isidro en la capilla de Nuestra Señora de la Aurora, en la que aguarda la Hermandad del Gran Poder. Los bolleros, en medio de una gran expectación, suben la carreta al porche de la capilla. Tras ésta continua el cortejo por la calle Real de Villafranca y la carreta se detendrá brevemente, ante las puertas del antiguo Sindicato de la de Labradores, colectivo impulsor de la Romería en sus orígenes. Aquí efectúa la Hermandad una ofrenda de flores a los representantes del sindicato agrícola.
La última presentación se cumplimenta en la capilla de San Sebastián, donde radica la Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y María Santísima de Los Remedios.

La despedida se materializa con el canto de la Salve, tal como acordaron en acta sus propios hermanos el 23 de enero de 1986.

Paralelo al desfile, numerosos vehículos (coches, motocicletas, todo terrenos, autobuses, bicicletas, etc.…) se desplazan al parque de la Corchuela por delante de la caravana y otros caminos alternativos.

El camino hacía la Corchuela se inicia en la carretera de “El Monte”. Tras la subida del puente que salva la circunvalación de la localidad por la N-IV, se llega hasta la Escuela de Capacitación Agraria, donde se efectúa una parada para entregar un ramo de flores a sus conserjes, en memoria de aquel acto que durante tantos años cumplimentaron alumnos y profesores interinos que salían al paso del Patrón de sus estudios. Se prosigue por tierras coloradas hasta llegar al Centro de Drogodependencia “Juan Gallardo”. Desde la inauguración de este Centro, en 1998, la carreta se adentra en él para cumplir vista a sus internos.
Tras el intercambio de diversos presentes tiene lugar la oración que termina con el canto por sevillanas. La Hermandad entrega un gran cesto de frutas y hortalizas.

Andado el camino un poco más, ofrece la Hermandad un aperitivo a todos los romeros que caminan junto a la carreta, así como a todas las personas que se acercan hasta este lugar para ver el paso de la comitiva.

A esta altura del camino impresiona ver transitar el cortejo por entre los eucaliptos naturales que flanquean el camino hasta llegar al poblado de Adriano, ya en término de Dos Hermanas. Se suceden fincas de labor, dehesas, hazas, huertas y haciendas hasta que, a las 12 del mediodía, tiene lugar el rezo del Ángelus, a las puertas de la Hacienda de “San Juan del Hornillo”. Tras las oraciones, los propietarios de la hacienda ofrendan a San Isidro y el pregonero del año entona la estrofa con mayor acogida de su pregón. Ante la imagen de San Isidro se presenta entonces al hermano más joven de entre los inscritos en el año y recibe del hermano mayor la imposición de la medalla de la Hermandad. Se desata el cante y el baile en esta última parada antes de culminar el camino de ida.

Cortijos, maizales, trigales, viñedos y olivares, eucaliptos, alcornocales, pinos, álamos blancos, lentisco, tomillo e hinojo y algún que otro riachuelo conforman, perfuman y embellecen el camino hasta llegar al Parque de la Corchuela, allí les esperan ya multitud de personas que han arribado instantes antes porque se han adelantado muy temprano para hacerlo o porque han ganado mediante otras vías alternativas el lugar. Se afanan en presenciar la entrada de la caravana y disfrutar ya de un magnífico día de convivencia campera.

La carreta es conducida al interior del parque donde ya se estaciona. Tras desenganchar los bueyes, el Santo queda arriado para recibir la visita de quienes quieran acudir a rezar, cantar y bailar ante la carreta.

Allí la Hermandad organiza un gran almuerzo, para todas aquellas personas que fueron andando o bien se han acercado a la Corchuela. Brota aquí la generosidad, hospitalidad y el buen corazón de los palaciegos hacia la gente de fuera.

Cuando apenas, transcurran unos minutos de la llegada de los últimos carros de la caravana, será sobre las 18,00 h. de la tarde, comenzará, de nuevo el cohetero a dar sus avisos y se inicia el camino de vuelta, a las 06,30 horas.