LA ROMERÍA

Historia de la Romería

La constitución canónica de esta Hermandad es reciente, pues durante casi cuarenta años ha venido rigiéndose como Asociación parroquial de fieles. La definitiva aprobación canónica de sus Reglas fue dispensada por el Arzobispado de Sevilla en el año 2005.

Pero su nacimiento se gestó bastantes años antes. Tenemos que remontarnos a los primeros días de enero de 1970, fecha en la que un importante número de jóvenes devotos de San Isidro se reúnen con la idea de formalizar una Junta Gestora que se encargara de administrar la futura Hermandad y organizar la Romería que, desde 1961 venía celebrándose en nuestro pueblo en honor de San Isidro Labrador, promovida hasta entonces por la Hermandad de Labradores y Ganaderos. Aquel Sindicato agrario había introducido la devoción al Santo en Los Palacios y Villafranca, a mediados de los años cincuenta del pasado siglo XX, como en otros muchos pueblos del país.

Como promotores de la nueva Hermandad llegaron a juntarse en aquella sesión inaugural, celebrada en el Círculo Cultural de la localidad, unos veinticinco hermanos, aunque muy pronto lograrían inscribir hasta treinta y siete. Quedó proclamado como primer presidente del colectivo José Antonio Bejines Cuellar, secretario, Manuel Nieto del Castillo; tesorero, Manuel García Ruiz y los vocales José Manuel Murube Marín, Eduardo Cid Jiménez, Francisco Rodríguez Gayango, Cayetano Tirado Cerrada y Felipe Tirado Muñoz (1). De inmediato comunicaron estos nuevos miembros, tanto al clero local, Hermandad Sindical y propio Ayuntamiento, que asumían con toda responsabilidad la celebración de cultos religiosos y actividades sociales encaminadas al fomento de la devoción a San Isidro Labrador, así como la organización de la tradicional Romería que ya venía honrándosele.

 Se sucedieron las reuniones y, días más tarde, aquellos primeros hermanos eligieron el diseño del estandarte, varas, medallas de hermanos y la adquisición de una carreta nueva que acogiera la imagen titular en su peregrinar romero. Otro de los primeros acuerdos fue la convocatoria de un concurso que incentivase la participación de caballistas y romeros en la Romería (2). A partir de entonces se situaría la fecha de celebración de nuestra Romería el domingo más próximo a la festividad del Santo (15 de mayo), en lugar de celebrarse en la fecha indicada, declarada por el Ayuntamiento, durante algunos años, como festivo local.

Hoy integran la Hermandad unos 800 hermanos mientras que el nivel de participación en la Romería asciende a unos 12.000 romeros.

NOTAS:
(1) ARCHIVO DE LA HERMANDAD DE SAN ISIDRO LABRADOR. Libro de Acta núm. 1. Fol. 1. Acta de la sesión extraordinaria celebrada el 7 de enero de 1970.
(2) Archivo de la Hermandad de San Isidro Labrador. Libro de Actas núm. 1. Fol.6. Acta de la reunión celebrada el 12 de enero de 1970.

LA ROMERÍA EN TIEMPOS DE LA REPÚBLICA Y GUERRA CIVIL (1931-1939)

No hubo romería organizada desde 1931 hasta 1933, pese a la persistencia de acudir los parroquianos por el lentisco para el Nacimiento como era tradición. Recuerdan los mayores los incidentes acontecidos, en 1932 a la vuelta de los romeros entre éstos y ciertos sindicalistas, agrupados en la puerta de la CNT, que contemplaban la entrada en el pueblo del cortejo espontáneamente organizado aquel año.

 No vuelven a retomarse las peregrinaciones, de manera organizada, hasta 1934, aunque ahora entre grandes medidas de seguridad. El Ayuntamiento se comprometió a costear el desplazamiento de la Guardia Civil al lugar de la celebración, responsabilizándose de velar por el orden público del evento. En 1935 también hubo Romería. Lució un cortejo muy preciosista porque se promovió un concurso de camionetas, premiándose a las mejores engalanadas, además de participar en él la Banda de música del colegio Salesiano de Utrera. Continuó prestando el Ayuntamiento la protección a los concurrentes con el acompañamiento de agentes de la autoridad que, junto al entonces alcalde Eduardo Gómez Baquero, consumaron todo el camino de peregrinación y pasaron el día en “el Monte”. Durante la Guerra Civil quedan suspensas las Romerías de los años transcurridos entre 1936 y 1939. Al término del conflicto bélico, consta la celebración espontánea de la peregrinación, en 1940, de los muchos jóvenes militares que en aquel mes de diciembre se encontraban en el pueblo con permiso tras la guerra, aunque sin la presencia de la Virgen del Rosario en el cortejo. Los excombatientes marcharon todos agrupados en un gran carro y tras la “remembra” participaron en la cogida del verde necesario para el Nacimiento, antes de volverse a Los Palacios.

En la posguerra desapareció la costumbre de acudir al campo por lentisco y la animada jornada festiva que tradicionalmente venía disfrutándose, más que por la precariedad económica de la Guerra, por la austeridad que el nuevo párroco, don Manuel Fontades, implantó durante su estancia en nuestro pueblo (1939-1955), despojando a todas las manifestaciones externas de piedad popular del boato.

REORGANIZACIÓN DE LA ROMERÍA EN HONOR DE LA VIRGEN DEL ROSARIO (1956)

La llegada de un nuevo párroco, en este caso, Juan Antonio Tardío Vázquez (diciembre de 1955), contribuirá decididamente a la recuperación de la Romería en honor de la Virgen del Rosario. Atendiendo el nuevo párroco la petición popular de varios feligreses, el padre Tardío promueve la marcha a “El Monte” por el lentisco del Nacimiento, pese a la oposición que ahora mostraban los cofrades del Rosario de que su imagen titular acudiese nuevamente en carreta y ataviada de pastora a la Romería.

La celebración de la tradicional “gira” tuvo lugar el 16 de diciembre en el Monte del Arenoso. La comisión organizadora encabezada por don Luis Baquero, obtuvo la ayuda económica del ayuntamiento.

En 1957 se incorpora al cortejo romero una nueva imagen mariana que representa la advocación de la Divina Pastora de las Almas. El enojo de los hermanos del Rosario hizo reconsiderar al párroco Tardío el uso de la meritoria imagen. Aquel año de 1957 salieron de modo conjunto las dos imágenes, pese a ser el último en el que lo hizo la Virgen del Rosario.

Con el fin de estimular la participación del mayor número de vecinos, el Ayuntamiento subvencionó un concurso de premios para los mejores campanilleros, camiones, pareja de caballistas y carrozas. La participación superó con creces las previsiones, obligando a aumentar de manera improvisa, el elevado mérito de ciertas carrozas, la recompensa económica de los premios cuya cuantía se elevó gracias al incremento de la subvención municipal días más tardes.

GESTACIÓN DE LA ACTUAL ROMERÍA

La Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Los Palacios y Villafranca, animada por encontrar una mayor participación de los agricultores el día de la festividad de su patrón, comienza a plantearse poder hacerse cargo de organizar la Romería.

La idea surge en una de las sesiones ordinarias que los miembros del Sindicato agrícola mantenían asiduamente, materializándose el acuerdo en el mes de octubre de 1960.

Se acuerda exponer al párroco don Juan Antonio Tardío dedicar una Romería en honor de San Isidro Labrador e incluso poder celebrarse la función religiosa en el mismo lugar de celebración.

Los sindicalistas incluso llegaron a barajar diversas fórmulas de ingreso extraordinario para el Sindicato mediante el cobro de cuotas a los vehículos y carrozas participantes en la Romería para poder organizar, conjuntamente con el Ayuntamiento, un concurso que estimulase la participación vecinal. de la procesión.”.

 

ROMERÍA EN EL AÑO 1961

El proyecto del Sindicato cuajó. El párroco autorizó la participación de la imagen de San Isidro en la tradicional romería que se venía celebrando a “El Monte” con la Divina Pastora, aunque adelantándose la fecha de celebración al 15 de mayo, festividad de San Isidro Labrador. El Ayuntamiento declaró como festivo local dicho día.

El Ayuntamiento concedió una subvención económica de 1.600 pesetas. Aquel, resultó un día de sol espléndido en el que concurrieron muchísimos vecinos a la romería. El exorno de la primera carreta de San Isidro corrió a cargo de Jaime Murube y en las siguientes ediciones de Manuel García “El Chambia”.

Con los años el Ayuntamiento fue ampliando la subvención que concedía para arreglar los caminos con el objeto de que pudiesen acceder los romeros las carretas y los vehículos que habitualmente concurrían a la romería.